“Yo fui madre por primera vez durante la cuarentena estricta. Fui a parir en medio de una ciudad desierta, atravesada, como una flecha, por la inesperada situación de traer un hijo al mundo en plena pandemia”.

“Al principio de la pandemia, sentí que la humanidad podía aprender, me creí un poco ese cuento de que todos nos metíamos adentro para escuchar a la naturaleza y entender en qué estábamos, pero después todo se empezó a deformar de tal manera que advertí que es muy difícil que la humanidad aprenda”.

“Cuando la situación pandémica se empezó a extender, todo se empezó a poner más oscuro…era como que bajaba la muerte… surgió como una sensación medio de guerra, una experiencia muy traumática que vamos a recordar por siempre”.