Hijo de Dios, usted ha sido perdonado —no por sus méritos, sino por la gracia de Dios. ¡Qué gran compasión la del Hombre de misericordia!
"Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos". He 4.16.