Nuestro corazón es un terreno abonado para... todo tipo de cosas, es engañoso, nunca sabes bien qué profundidad hay bajo la superficie. Dependiendo de cómo lo (des)cuidamos, se endurece, o en ocasiones es pisoteado hasta parecer más un camino que un jardín cultivable. Pero hay un sembrador inagotable que no deja de lanzar semillas, un sembrador pródigo, que las lanza sin medir el gasto, esperando el fruto de la tierra. ¿Hallará buena tierra en tu corazón?