En una versión alternativa del mundo de Shangri-La Frontier, el protagonista, Sunraku, no es un jugador común. En lugar de solo buscar fallos y errores en los videojuegos, su vida toma un giro inesperado cuando descubre un glitch dentro del propio juego de Shangri-La Frontier. Este error no es solo un fallo técnico, sino un portal hacia una dimensión paralela, donde los jugadores y los personajes del juego comienzan a perder su identidad.