Todos quieren una revolución, pero nadie quiere lavar los platos
Es mucha la presión por ser auténticos y vivir siempre al borde de lo emocionante. Sin embargo, las grandes experiencias de vida, las ideas innovadoras y las cosas que valen la pena se construyen en el lento y constante ritmo sagrado de cada día.
Todos quieren una revolución, pero nadie quiere lavar los platos
Es mucha la presión por ser auténticos y vivir siempre al borde de lo emocionante. Sin embargo, las grandes experiencias de vida, las ideas innovadoras y las cosas que valen la pena se construyen en el lento y constante ritmo sagrado de cada día.