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Lucas 9:18-27
18 Estando Jesús orando a solas, estaban con Él los discípulos, y les preguntó: «¿Quién dicen las multitudes que soy Yo?». 19 Entonces ellos respondieron: «Unos, Juan el Bautista, otros, Elías, y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado». 20 «Y ustedes ¿quién dicen que soy Yo?» les preguntó. Y Pedro le respondió: «El Cristo de Dios».
21 Pero Jesús, advirtiéndoles severamente, les mandó que no dijeran esto a nadie, 22 y les dijo: «El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día».
23 Y a todos les decía: «Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. 24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de Mí, ese la salvará. 25 Pues, ¿de qué le sirve a un hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se destruye o se pierde? 26 Porque el que se avergüence de Mí y de Mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en Su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles. 27 Pero en verdad les digo que hay algunos de los que están aquí, que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios».
By Iglesia El RedilLucas 9:18-27
18 Estando Jesús orando a solas, estaban con Él los discípulos, y les preguntó: «¿Quién dicen las multitudes que soy Yo?». 19 Entonces ellos respondieron: «Unos, Juan el Bautista, otros, Elías, y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado». 20 «Y ustedes ¿quién dicen que soy Yo?» les preguntó. Y Pedro le respondió: «El Cristo de Dios».
21 Pero Jesús, advirtiéndoles severamente, les mandó que no dijeran esto a nadie, 22 y les dijo: «El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día».
23 Y a todos les decía: «Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. 24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de Mí, ese la salvará. 25 Pues, ¿de qué le sirve a un hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se destruye o se pierde? 26 Porque el que se avergüence de Mí y de Mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en Su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles. 27 Pero en verdad les digo que hay algunos de los que están aquí, que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios».