Cuando empezamos a conocer a Dios de manera más cercana, vamos conociendo su plan para nuestras vidas y eso nos da propósito y pasión para vivir. Y piensas: “Tal vez para esto nací “

Si te preguntaran ¿quién eres? Quizá contestarías soy esposa, mamá, hija, licenciada, contadora, pastora, etc., pero en realidad no eres eso, eso es solo lo que haces.

No podríamos contestar esa pregunta sin entender nuestra esencia. Tal vez podríamos cambiar la pregunta a: ¿qué ofrezco a mi trabajo, familia, amigos y comunidad?

Soy sierva, amo, soy portadora de gozo, motivadora, escucho, creo. Estas cualidades son lo que soy y también aparecen en todo lo que hago. La combinación de esas cualidades te distingue a pesar del entorno en el cual puedas estar.

Lo que ha pasado en ocasiones en mi vida, no sé si te pase a ti, es que sé qué tengo que hacer pero me siento incapaz de poder lograrlo o no sé por dónde empezar. 

Quiero quitarte una carga si es que te has sentido así y es que no tienes que saber cada detalle de tu propósito. ¿Cuánto va a tardar? ¿Cuánto va a doler? ¿Cuánto va a costar? He llegado a pensar que a Dios le gustan las sorpresas. 

Le gusta saber que confiamos en que Él nos guía, a pesar de no saber cada detalle, porque confiamos que Él es bueno y nos ama.