El pasado es importante. Nos define, nos ayuda a no equivocarnos. Nos ayuda a recordar los momentos alegres y ser felices nuevamente. El futuro también es importante. Nos ayuda a ser precavidos y estar alertas a lo que suceda. Nos abre la capacidad inherente en el ser humano de desarrollar la fe, la confianza, y de estar tranquilos. Pero debemos aprender a vivir con ellos sin que nos aflija vivir la realidad del presente.