Regresó triunfalmente a la Casa Blanca jurando hacer a América grandiosa otra vez... otra vez. Y empezó con todo: declaró emergencia nacional en la frontera, prometió catalogar a los cárteles como organizaciones terroristas y, de paso, decidió que el Golfo de México necesitaba un rebrand urgente a "Golfo de América" (hasta el nombre de nuestro país le molesta).