Los hombres pueden complacer sus fantasías con la palabra, sin que sus conciencias sean tocadas ni cambiados sus corazones. Pero sea que los hombres oigan o se abstengan de oír, sabrán que un siervo de Dios estuvo entre ellos. Todos los que no quieren conocer el valor de las misericordias aprovechándolas, les será dado a conocer su valor por la falta de ellas. | Pr. Ricardo Reyes M.