Esta no es una genealogía innecesaria. No es por vanagloria como suelen ser las de los grandes hombres. Sino que demuestra que nuestro Señor Jesús es de la nación y familia de la cual iba a surgir el Mesías. La promesa de la bendición fue hecha a Abraham y su descendencia; la del dominio, a David y su descendencia. Se prometió a Abraham que Cristo descendería de él, y a David que descendería de él. Síguenos en esta edificante serie de 3 sermones. | Pr. Antonio Urrutia V.