Y finalmente, el Congreso, después de una sesión interrumpida por el ataque de una turba enardecida y sin control, logró certificar la elección de Joe Biden y Kamal Harris. Esos disturbios a manos de seguidores de Trump, y siguiendo las órdenes del presidente y sus cómplices, lograron lo que muchos opositores políticos quisieron y no pudieron: que la imagen de Trump quedase manchada ante una gran parte de la sociedad que aceptó conductas inaceptables del presidente. Este nuevo escenario abrió, para muchos políticos y actores sociales como la red social Twitter, la puerta para deshacerse del tóxico Trump y empujarlo barranca abajo. Para muchos Republicanos que lo acompañaron sin gusto pero por obligación debido a la gran popularidad del presidente, esta es una oportunidad para hacerlo a un lado. Mientras tanto, y ante el avance de la ola expansiva que no solo arrolló a Trimp sino que también puede llevarse puesto a Ted Cruz y otros Republicanos, Pelosi y Schumer empujan un segundo impeachment, poniendo a los Republicanos que dijeron estar azorados y disgustados con la conducta de Trump, en una situación más que difícil. Si el impeachment es presentado en la Cámara de Representantes y los Republicanos no votan a favor del mismo quedarían expuestos, (aún más) en su hipocresía. Y si votan por el mismo, aunque el impeachment nunca prospere en el Senado por falta de tiempo, quedarian mal parados ante la base de Trump, que vota en sus distritos y para la cual, el presidente es aún un gran líder. Para Pelosi y los demócratas es una oportunidad para negociar con los Republicanos, y asi obtener concesiones para pasar legislación que Biden necesitará en su nueva gestión. Solo faltan 12 días para que Trump deje la presidencia, y lo hará con el mismo caos con el que asumió. ¿Quién dijo que no es bueno ser consistente en la vida?
Executive Producers: Hernán Molina and Luis Alvarado
Creative Production: Fernando Centeno and Hernán Molina