Hacerse cargo de la vida de un animal no es un juego ni un entretenimiento pasajero. Es una experiencia de formación que puede aprovecharse para ejercitar capacidades y habilidades cruciales como la responsabilidad y la empatía.
Hacerse cargo de la vida de un animal no es un juego ni un entretenimiento pasajero. Es una experiencia de formación que puede aprovecharse para ejercitar capacidades y habilidades cruciales como la responsabilidad y la empatía.