Cada vez que algo pasa a nuestro alrededor nuestras miradas sobre determinada situación pueden ser diferentes. Nuestra mirada puesta en Cristo determina la forma en que miremos nuestro alrededor independientemente de lo que este sucediendo o
nos esté sucediendo.
A diario recibimos cataratas de información que nos sacuden e inundan nuestra mente con sensaciones diferentes. En tiempos como los actuales esos impulsos son cada vez más rápidos y frecuentes. Donde vamos a poner nuestra mirada ante tantos impulsos
inciertos.