La fidelidad es la virtud para mantener aquello que ha prometido. Puede considerarse un aspecto de la veracidad. Esta consiste en la conformidad de las palabras y acciones con las realidades que expresan; la fidelidad es la conformidad de lo que se hace con lo que se ha dicho, con la palabra dada. Por tanto, la fidelidad matrimonial podría definirse como la virtud que capacita a los esposos para hacer verdadera a lo largo de la vida, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, la “palabra dada”, es decir, los compromisos que de verdad y libremente han adquirido y manifestado ante Dios.