Las heridas, los errores y las circunstancias de tu pasado, no determinan tu futuro o el de tu familia.
Que tus heridas pasadas, no te impidan volver a sonreír, volver a creer.
Atrévete a abrir tu corazón a Dios para que Él, con su infinito amor te sane.
Te aseguro que no hay nada en tu pasado, que sea mejor de lo que Dios tiene para tí.
¡Prepárate!
Porque te aseguro que tú mejor temporada, está por venir.