Es la semana de Pascua y cientos de miles de personas están llegando a Jerusalén, descendiendo al templo para recordar su liberación de cientos de años de cautiverio egipcio. Es como Times Square en Año Nuevo o Murfreesboro en hora pico.

●  Este es un momento emocionante y de adoración... algo que esperaban con ansias cada año.¡Pero este año es diferente!

●  Los judíos venían a celebrar y conmemorar su liberación de Egipto, pero en muchos sentidos todavía vivían bajo la mano de otro opresor.

●  Israel estaba ocupado y gobernado por Roma, y en lo más profundo de los judíos había un deseo de mayor libertad. Para que Dios estableciera Su Reino y acabara con el que vivían. Se aferraban a Sus promesas y esperaban que Él actuara. Entonces hay una sensación de anhelo con el que estaban haciendo el viaje.

●  Y así fue como se difundió por toda Judea la noticia acerca de un carpintero nazareno con el poder de ordenar que las tormentas se detuvieran, los muertos resucitaran y los ciegos vieran. Naturalmente... para añadir a las festividades... hay un murmullo de anticipación.

●  Así que este año, cuando vienen a Jerusalén, piensan que tal vez... sólo tal vez... este año será diferente.

●  Quizás Jesús sea quien provoque el cambio que deseaban. Quizás Él sea la respuesta a sus anhelos más profundos y el que marcará el comienzo del Reino que Dios había prometido.

●  Y así, en esta increíble energía y expectativa, el Rey de reyes y Señor de señores hace Su entrada.