- Temprano en la mañana un grupo de mujeres fue a ver la tumba. Estas eran las mismas mujeres que estuvieron junto a Jesús en la cruz y prepararon Su cuerpo para el entierro después de Su crucifixión.
- Se levantaron temprano en la mañana y se presentaron en el lugar de su sepultura. En los otros evangelios, se nos dice que vinieron a ungir el cuerpo de Jesús una vez más con especias aromáticas para superar el olor de la muerte mientras Su cuerpo se descomponía.
- Pero tenían un problema: había una gran piedra rodada sobre la boca de la tumba y había guardias afuera.
- Pero cuando se acercaron al sepulcro dice: “Hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendió del cielo y vino, removió la piedra y se sentó sobre ella."
- Los guardias cayeron asustados, no sólo por el poder y la presencia del ángel, sino que tenían un trabajo y lo arruinaron.
- La piedra fue rodada, el sello fue roto y un ángel del Señor dice algo sorprendente que no quiero que pierdas: No tengáis miedo, porque yo sé que buscáis a Jesús que fue crucificado. Él no está aquí, porque ha resucitado, como dijo. Ven, ve el lugar donde yacía.
- Las mujeres quedaron conmocionadas hasta la médula.
- El ángel dijo: Ve el lugar donde yacía.
No es un detalle pasajero, es el epicentro de la esperanza y la vida. Es un imperativo en el texto.… El ángel está diciendo: “No lo dejes pasar esta mañana. ¡No pases por alto esto de camino al almuerzo!"