La razón por la cual la oración del padre nuestro dice que Su Reino venga y Su voluntad se haga en la tierra como en el cielo, es porque la respuesta a los problemas de la tierra no existe en la tierra, sino en el cielo. Necesitamos más que nunca cristianos llenos de Dios, llenos de su palabra y sin temor, que podamos orar que las riquezas y la gloria del cielo toquen la tierra. El cielo no esta en crisis, y como nosotros somos ciudadanos del cielo, tampoco deberíamos estar en crisis.

¡La solución de la tierra no está en la tierra, la tiene el Cielo!