La posible supervivencia después de la muerte es algo que obsesiona al hombre desde que adquirió consciencia. La idea extendida es que tal preocupación está motivada por la angustia ante la "nada". Probablemente es así pero también ha debido pesar el hecho de que ayer, igual que hoy, el hombre tiene con frecuencia pruebas de esa vida ultraterrena.