¿Te sientes atrapado en la rutina sin un propósito claro? ¿Has sentido que te falta algo, aunque lo tengas “todo”? En un mundo donde la avaricia nos seduce y nos distrae, queremos ayudarte a encontrar un propósito más grande que tú mismo.

Pareciera que enfocarnos en nosotros mismos nos hará sentir plenos, pero la verdad es que nos deja con un extraño vacío. Jesús introdujo una paradoja cuando dijo que quienes se vacían en otros descubren una vida más rica y significativa. Pero ¿qué significa eso realmente? ¿Cómo puede dar más satisfacción servir a otros que cumplir tus propios sueños?

Cada comienzo de año nos fijamos metas, pero ¿y si hubiera una mejor pregunta que hacernos al inicio de un nuevo año? Esta pregunta puede ayudarte a tener una perspectiva diferente e inspirarte a soñar con algo mucho más grande. 

La alegría y esperanza que trae esta época navideña realmente puede impactar nuestras vidas en cualquier temporada del año. Si abrazamos y elegimos el camino de amor que Jesús modeló cuando vino a este mundo, tenemos la posibilidad de transformar cualquier realidad en algo extraordinario… ¿lo imaginas?

Jesús no solo vino a conectar nuestro corazón con Dios, sino también a enseñarnos a sanar las conexiones rotas con los demás. ¿Cómo sería tu vida si realmente vivieras en reconciliación con los demás?

¿Alguna vez has sentido que estás avanzando, pero no estás seguro de hacia dónde? A veces, creemos que vamos por el camino correcto solo porque «se siente bien», pero… ¿y si estamos equivocados? Reconocer que quizás estamos un poco perdidos no es un fracaso, sino el inicio de algo grande. Pero ¿qué sigue después?

¿Sientes que pasas todo el día frente a una pantalla y que tu energía se agota cada vez más rápido? Es una realidad que vivimos muchos: el burnout digital, esa sensación de cansancio extremo que surge de estar constantemente conectados. Pero ¿y si hubiera formas de usar nuestros dispositivos móviles sin que nos dejen agotados?

¿Te suena el término “sabático”? Quizá creas que es tomarte un tiempo de descanso muy largo, o que es algo que ni siquiera entra en tus planes. Sin embargo, es algo mucho más fácil y, sobre todo, necesario. En este mensaje hablaremos de tres pasos prácticos que nos ayudarán a practicarlo.

Si somos sinceros, la mayoría de nosotros admitiríamos que estamos estresados, agotados o que no podemos mantener el ritmo de todo lo que hacemos. No podemos tomarnos un respiro e incluso, si lo hacemos, dura muy poco. ¿Y si no tuvieras que sentirte así? ¿Y si hubiera una manera de vivir que te llenara de paz y vida en lugar de prisa y estrés?

«Hay una relación que representa un vínculo que va más allá de las palabras; es una conexión que te invita a ser intencional e incondicional. Es el reflejo de la relación que Dios tiene contigo, y él te invita a priorizarla.
Pero ¿qué pasa cuando lo haces?
Cuando intencionalmente priorizas esta relación, descubres algo que va más allá de lo visible: un amor que trasciende cualquier expectativa.»