En los últimos años, el diputado Jairo “Bolota” Salazar ha protagonizado múltiples episodios que reflejan un patrón alarmante: el uso de la violencia como herramienta política. Desde amenazas a agentes policiales hasta agresiones dentro de la Asamblea Nacional, su historial evidencia una peligrosa normalización de la fuerza cuando faltan los argumentos.