¿Pensaste en la importancia de dejar huellas en la sociedad?. De aquí que sea necesario desarrollar otras formas de fecundidad, salir de sí en la búsqueda solidaria.
Recuerdo casos donde familias a veces alojan a amigos de los hijos con problemas en sus familias.
Familia fecunda que mira el ejemplo de la Sagrada Familia. Es una familia cercana, sencilla, integrada al barrio, al pueblo con normalidad. Es una familia que no juzga ni desprecia a los otros.
El matrimonio que experimenta la fuerza del amor sabe que ese amor lo llama a sanar heridas de los abandonados, a instaurar la cultura del encuentro y a luchar por la justicia. Dios llama a la familia para que haga doméstico el mundo, para sentir a todos como hermanos.
Hay necesidad por todos lados de una robusta inyección de espíritu familiar.
Que la familia sea abierta y solidaria, que le haga espacio a los pobres, a los que no pueden retribuir.
Las familias con el testimonio y las palabras hablan de Jesús, despiertan el deseo de Dios y muestran la belleza del Evangelio, del estilo de vida que propone.
Hay un llamado a ser matrimonios cristianos que dan un color especial a lo gris de la sociedad. Este tipo de familia hacen presente el amor de Dios en la sociedad. Leamos de la exhortación Amoris laetitia los puntos 181 al 184 y renovemos el espíritu de nuestras familias.