Marcado por el destierro, la venganza y la tortura la figura de nuestro protagonista, Vlad Tepes, ha pasado a la historia por ser la inspiración de uno de los personajes del mundo de la literatura y el cine: el Conde Drácula.
Si en la ficción veíamos a un galán de afilados colmillos, vestido de forma galante y con apariencia humana, buscando alguna víctima viva para chuparle la sangre, la historia real del infante rumano no se quedaba atrás.