VUELVE, OH ALMA MÍA, A TU REPOSO, PORQUE EL SEÑOR TE HA HECHO BIEN

Salmos 116:7 JBS

Vuelve, oh alma mía, a tu reposo; porque el SEÑOR te ha hecho bien.

(Vuelve a tu) “reposo”, he mânôach : tranquilo, es decir, (concretamente) un lugar asentado, o (figuradamente) un lugar de descanso.

¿Cómo vuelve nuestra alma a su reposo?

1. Dejando en manos de Dios lo que no puedes cambiar.

2. Reconciliando tu vida con quienes te rodean.

3. Consagrando a Dios tus planes y decisiones.

4. Dando gracias a Dios en todo.