Si existe un manual del nihilismo argentino, o tal vez del derrotismo existencial porteño, ese manual es el tango “Yira yira”, con música y letra del genial Enrique Santos Discépolo. Lo que pocos saben es que la letra fue producto de una gran depresión en su juventud, cuando debió ir a vivir a la casa de su hermano mayor, el famoso dramaturgo Armando Discépolo, porque literalmente no tenía ni fe ni yerba de ayer secándose al sol.
Idea y conducción: Carlos Polimeni – Producción: Fabiana García – Edición: Gonzalo Maria – Diseño de portada: Jazmín Guzmán