Es una de esas preguntas que recibo de vez en cuando y que resultan más difíciles de contestar de lo que podría parecer a primera vista.
Normalmente, cuando inviertes en una nueva web y la estrenas, te da la sensación de que es la más bonita que nunca has tenido, la más moderna, la más cómoda, la más accesible… pero, ¿has pensado alguna vez que las webs también tienen fecha de caducidad?
Para descubrirlo, hoy te traigo una serie de preguntas que puedes hacerle a tu web de vez en cuando para comprobar si sigue siendo tu página ideal o ha llegado el momento de darle un lavado de cara.