Chris Coleman y Sheri se habían conocido cuando los dos daban clases de entrenamiento para perros policía. Fue un flechazo. Se casaron a los 3 meses cuando Sheri ya estaba embarazada de su primer hijo, Garret. Pronto le dieron la bienvenida a su segundo hijo, Gavin.

Los problemas entre la pareja no tardaron en surgir. Sheri había decidido dejar su trabajo para quedarse en casa cuidando de los niños. Chris, por su parte empezó a trabajar como parte del equipo de seguridad de la conocida "predicadora" Joyce Meyer, amada por muchos y odiada por otros tantos. No quería dejar su trabajo para estar en casa con su familia, a pesar de los ruegos de su esposa.

En noviembre de 2008, Sheri le pidió a su amiga Tara Lintz que atendiera una de las charlas de Joyce para que la palabra de Dios la encaminara, encontrara un marido y tuviera hijos.

Pocos días después de que Tara escuchara uno de los sermones de Joyce, Chris empezó a recibir emails amenazando a su jefa, pidiéndole que la obligara a que dejara de predicar.

El 5 de mayo de 2009 la vida de todos ellos se vería trastocada. Pero, ¿qué pasó?

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