Si llegas al final del día con la energía en rojo, este episodio es para ti.

Hoy te cuento por qué el descanso no es un lujo ni una recompensa, sino una necesidad biológica que sostiene tu claridad mental, tu estado de ánimo, tu creatividad y tu bienestar hormonal. No se trata de dormir más, sino de descansar mejor. De entender que el cuerpo tiene ritmos —y que cuando los respetas, todo se siente más ligero, más amable y más tú.

Te comparto una mirada somática del descanso: no solo como pausa para recuperarte del cansancio, sino como una forma de cultivar autenticidad, presencia y gozo. Y te dejo una estrategia muy simple —en tres momentos del día: mañana, atardecer y noche— para que el descanso suceda sin drama, de manera realista y sostenible.

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