Las guerrillas en Colombia no surgieron de la noche a la mañana. Sus raíces se hunden en las profundas brechas sociales y la inequidad que han marcado la historia del país. La violencia agraria, la falta de oportunidades, la ausencia de representación política y la concentración de poder en manos de élites privilegiadas, alimentaron un caldo de cultivo para el descontento y la resistencia armada.