-Preparar el corazón, es enseñar a nuestros, niños, adolescentes y jóvenes la herencia espiritual que nos ha dejado nuestro Padre Reginaldo, que nos enriquece a todos por:

su entrega a Cristo crucificado, la confianza en la providencia, la oración y el silencio en el regimiento interior, la fraternidad, el Amor a la Iglesia, la devoción a la Virgen María, su devoción a San José y a la familia dominicana.

-Preparar el corazón, es transmitir sus virtudes que nos ilumina el corazón y el alma, como ser: la fe, la esperanza, la humildad, la templanza, la gratitud, la justicia y la caridad que nuestro Padre Reginaldo dejó en un lema fundacional, un imperativo de sus Hijas espirituales las Hnas. Dominicas de San José, que dice:

 “abrazar a la humanidad doliente.”

-Tal vez nos parezca algo inalcanzable, vivimos momentos difíciles y en la sociedad actual lo que prima es precisamente lo contrario: el consumismo se presenta en esta época del año con mayor intensidad penetrándolo todo desde los medios de comunicación y redes sociales.

-Por eso tenemos que estar atentos y “velar”, para que el vacío y la banalidad que propone el mundo no se instale en nosotros, en nuestros niños y adolescentes, en nuestras familias, en nuestras escuelas, en nuestra sociedad.

- “velar no es mirarse a sí mismo, ni siquiera mirar los peligros, sino mirar también al que uno ama. De allí sale la gracia.

“Velar por nuestros niños y adolescentes, velar por nuestros hijos” una tarea que sólo puede ser entendida desde el amor que busca “preparar” el corazón, a la manera de nuestro Padre Reginaldo.

-Que podamos caminar seguros y con una convicción, como dice el Salmo: “Mi corazón está firme y se mantiene en paz”. 

- “Preparar” el corazón es que nuestros niños, adolescentes y jóvenes, puedan vivir y hacer un lugar donde Jesús pueda estar y dejar en el todo su don, como ser:

paz, alegría, amor y esperanza.

- “Preparar” el corazón es rezar juntos en familia, el Santo Rosario, esas hermosas rosas que le dedicamos a nuestra Mamita María, que con dulzura y mucha ternura de corazón, construyamos un mundo mejor para nuestros niños, adolescentes y jóvenes.