Las heridas, las mentiras y las traiciones pueden dejar cicatrices profundas en el corazón, susurrándote que confiar ya no vale la pena. Pero si dejas que el dolor guíe tus pasos, te alejarás de lo que realmente necesitas: conexiones genuinas. Para ser un buen amigo y construir relaciones sanas, es necesario volver a confiar. Primero en Dios, que sana y restaura, luego en ti mismo, y finalmente en quienes con hechos, te recuerden que la confianza puede florecer de nuevo. 💙✨