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La figurita número 276 no miente con su descripción: "Potencia y gol. Joven delantero con mucho futuro". Es que Lucio la rompió con edad de inferiores en la primera de Nueva Chicago y provocó que clubes europeos se fijen en él. Primero Udinese y después Inter, de chico vivió experiencias maravillosas gracias a su talento. En 2000, estaba en San Lorenzo cumpliendo su sueño de jugar en un equipo grande, pero lesiones sistemáticas le empezaron a obstruir su carrera. Sin embargo, estuvo lejos de tirar la toalla: buscó su lugar en México, Corea y Grecia. Su cuerpo fue su peor enemigo, aunque su fuerza de voluntad pudo más y pudo completar una trayectoria de la que está orgulloso. "Dí todo, fue una carrera buena acorde a los momentos que tuve, pero la sensación es que de no haber sufrido tantas lesiones mi historia podría haber sido más importante", reflexiona.
By Reflexión FinalLa figurita número 276 no miente con su descripción: "Potencia y gol. Joven delantero con mucho futuro". Es que Lucio la rompió con edad de inferiores en la primera de Nueva Chicago y provocó que clubes europeos se fijen en él. Primero Udinese y después Inter, de chico vivió experiencias maravillosas gracias a su talento. En 2000, estaba en San Lorenzo cumpliendo su sueño de jugar en un equipo grande, pero lesiones sistemáticas le empezaron a obstruir su carrera. Sin embargo, estuvo lejos de tirar la toalla: buscó su lugar en México, Corea y Grecia. Su cuerpo fue su peor enemigo, aunque su fuerza de voluntad pudo más y pudo completar una trayectoria de la que está orgulloso. "Dí todo, fue una carrera buena acorde a los momentos que tuve, pero la sensación es que de no haber sufrido tantas lesiones mi historia podría haber sido más importante", reflexiona.