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By Reflexión Final
The podcast currently has 16 episodes available.
Nuestra figurita 258 formó parte de un plantel histórico del fútbol argentino en el 2000: River. Un equipo plagado de estrellas que marcaron una época y que se consagró campeón del Clausura de ese año. Gustavo Lombardi se sentía muy cómodo con sus compañeros pero no tenía lugar entre los titulares. Había vuelto de España y era su segundo paso por el club (estuvo entre 1994 y 1997). "Tenía muy poco lugar. Concentraba y tenía que jugar en Reserva, y para aguantar eso tenés que estar muy fuerte", recordó. Casi sin saberlo, comenzó a transitar los últimos pasos en el fútbol hasta dejarlo a los 27.
Lejos de ser un alivio, los días después se convirtieron en una carga y más cuando su entorno futbolístico aún estaba en competencia: "Me pasaba muchísimo juntarme con jugadores y contarles que yo no estaba haciendo nada. Es duro para una persona decir eso".
Cuando se alejó de las canchas lo hizo completamente, al punto que de dejar de ver partidos durante varios años, analizar jugadas e incluso jugó solamente "cinco, seis partidos desde 2002", fecha de su retiro.
Sin embargo, como un ejemplo de la pasional que es el fútbol, Gustavo trabaja ahora en TyC Sports como columnista y analista de partidos.
La figurita 305 del álbum Argentina 2000 vuelve a esconder increíbles errores: Gabriel Roth no sólo tiene mal su lugar de nacimiento, sino también la propia fecha. Lo correcto es su foto con los colores de Talleres que tanto lo identificaron. El Chapulín, como le dicen desde el día que nació, vivió una etapa de ensueño en Córdoba donde ganó la Copa Conmebol 1999 de la mano de su padre futbolístico: Ricardo Gareca. El Flaco fue tan importante para él que incluso le compró los primeros botines de su carrera. El ex futbolista hoy se dedica a la política y está por asumir como concejal en La Toma, su San Luis natal. Eso sí, sigue jugando al fútbol a sus 42 años en el club de su barrio. "Hasta que no pueda moverme más, no pienso dejar de jugar", reflexionó.
La figurita 339 del álbum del Fútbol Argentino año 2000. "Corpulento zaguero con mucha presencia", es la descripción de este defensor basada en su impresionante físico: 1,93 metros y 82 kilos. La ficha técnica también marca que el jugador de la foto tiene 12 partidos con apenas 18 años. Eran momentos soñados para Emiliano, donde se quedaba después del entrenamiento practicando tiros libres con José Luis Chilavert. Sin embargo, toda esa energía del comienzo poco a poco se desvaneció y el lungo marcador central desatendió su carrera para priorizar los boliches o la vida nocturna. "Yo era Paola Maldini en mi cabeza, pero en ese momento no te das cuenta. Uno se rodea de gente de mierda. Yo lo llamaba a mi representante para que me consiga una mesa vip, me hubiese encantado que me diga: 'No flaco, quedate en tu casa que al otro día tenés que entrenar", reveló. En el exterior pudo empezar de cero y rehizo su nombre: triunfó en Brasil y Suiza. Un grave accidente en la cancha lo condicionó y debió retirarse joven. "Después de eso aprendí a valorar un montón de cosas que antes no valoraba", reflexionó.
La figurita 96 del álbum del 2000 tiene a un joven rubio pelilargo con la camiseta de Estudiantes de La Plata. "Delantero con velocidad y capacidad goleadora", dice la descripción sobre las características futbolísticas del protagonista. Esas fueron las capacidades técnicas que lo hicieron forjar una carrera y que despertaron el interés de un tal Diego Armando Maradona. Es que Carlos debutó en la Primera de Mandiyú en el corto paso del Pelusa como entrenador del equipo correntino. En ese entonces era apenas un chico y hoy tiene 46 años, pero se acuerda de ese momento como si fuera ayer. Un joven que había salido de Chaco, había probado suerte en Newell's y había recalado en un club donde días después asumió el genio del fútbol mundial. Casartelli luego pasó por otros 17 equipos y cosechó un sinfín de experiencias, aunque sin dudas la más fuerte la vivió cuando llegó a la máxima categoría. "Cualquier palabra que te dirigía era una inyección de ánimo... era como diez palabras de otro técnico, era increíble ¡Te estaba dando indicaciones tu ídolo!", recordó reflexivo.
Pasaron 21 años de aquella foto para la figurita 479 del Álbum Fútbol Argentina 2000, pero Sparapani mantiene consigo los colores de Almagro: en una nota por Zoom, recibe a Reflexión Final en la pieza de su hijo que tiene un banderín del Tricolor como fondo. Es que Lucas es un referente de la institución porque se trata del jugador más ganador de su historia con tres ascensos (dos a la Primera División). Tuvo experiencias en otros equipos y hasta pudo quedarse mucho tiempo en México, aunque siempre decidió regresar al barrio y al club que lo vio nacer. "Lo que viví en el fútbol no lo voy a repetir con nada. Contártelo es muy difícil para el que no lo vivió. Lo que se siente al entrar a una cancha de fútbol es incomparable", reflexiona.
La figurita 403 del Álbum Argentina 2000 está llena de errores. Para comenzar, el nombre del apellido del jugador en cuestión no es Desagastizábal, sino De Sagastizábal. Segundo, nunca en su vida le dijeron "Orteguita" como jura la descripción de la imagen. Tercero y fundamental: ¡La persona de la foto en realidad es Orlando Romero! Increíble. Estos temas y muchos más forman parte de su amena charla con Reflexión Final. Sus inicios en el fútbol de grande luego de ser empleado bancario, el glorioso ascenso con Los Andes y las dificultades económicas que vivió en el fútbol. "En tres años pasé de un mostrador a estar en la tapa de la revista El Gráfico", reflexionó.
La figurita número 276 no miente con su descripción: "Potencia y gol. Joven delantero con mucho futuro". Es que Lucio la rompió con edad de inferiores en la primera de Nueva Chicago y provocó que clubes europeos se fijen en él. Primero Udinese y después Inter, de chico vivió experiencias maravillosas gracias a su talento. En 2000, estaba en San Lorenzo cumpliendo su sueño de jugar en un equipo grande, pero lesiones sistemáticas le empezaron a obstruir su carrera. Sin embargo, estuvo lejos de tirar la toalla: buscó su lugar en México, Corea y Grecia. Su cuerpo fue su peor enemigo, aunque su fuerza de voluntad pudo más y pudo completar una trayectoria de la que está orgulloso. "Dí todo, fue una carrera buena acorde a los momentos que tuve, pero la sensación es que de no haber sufrido tantas lesiones mi historia podría haber sido más importante", reflexiona.
El Álbum Argentina Fútbol 2000 tiene guardadas figuritas Superstar para unos pocos elegidos. Se trata de los mejores jugadores de cada equipo y nuestro entrevistado de este episodio es uno de ellos. Con la camiseta de Ferro se hizo referente en una época brava del Verde y pasó por todo. Meses sin cobrar, apretadas de la hinchada y una racha de 800 minutos sin hacer goles que él mismo cortó. Su carrera comenzó con un campeonato del mundo Sub-20, pero no fue fácil: navegó por el extranjero para encontrar un lugar para desplegar su talento. Hoy, radicado en Estados Unidos, atendió a Reflexión Final desde los 40 grados de Las Vegas y contó su historia. "La reflexión que hago es que el fútbol me formó como persona a través de la superación, del compañerismo y el esfuerzo. Dicen que el jugador es agrandado, pero saca pecho porque está preparado para la competencia", analizó.
El álbum de figuritas tiene a los dos Montenegro juntos en la sección de Libro de Pases. Ariel y Daniel, ambos con la camiseta de Independiente. Reflexión Final fue detrás de la historia de la número 142, que tiene al mayor de los hermanos y cuya descripción anuncia que se iría al Córdoba CF de España. 21 años después, el entrevistado se encuentra en la misma ciudad europea y disfruta del verano. Con una tonada casi española, repasa sus años en el fútbol donde tuvo que atravesar una enfermedad, pero logró su sueño de ser campeón con El Rolfi en un grande de Argentina. Hoy dirige al Pozoalbense Femenino y ve cómo sus hijos también crecen en mismo deporte. "Yo soy un elegido, un privilegiado. Todo tiene un esfuerzo, pero no cambio mi carrera por nada", reflexiona.
El dueño de la figurita #18 en la sección del Libro de Pases encontró a un futbolista que fue ídolo donde jugó. A base de sacrificio, entrega y goles, construyó una carrera que lo tuvo en el ascenso de Belgrano y como campeón en Liga de Quito. Sufrió desmanejos en el fútbol y en la economía porque en 2001 sus ahorros fueron alcanzados por la crisis institucional de Argentina y lo agarró el corralito. Se recuperó gracias a la pelota y, aunque ahora se transformó en un comerciante exitoso en Córdoba, dice que quiere volver al ruedo como director deportivo. "Tuve la suerte de tener una carrera muy buena, si no hubiera sido tan calentón por ahí podría haber sido otra, pero a lo mejor no hubiera sido feliz", reflexiona.
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