La justicia ha condenado a la vidente Pepita Vilallonga a dos anos y medio de carcel por estafar mas de 30.000 € a una mujer que acudio a su consultorio en busca de ayuda cuando atravesaba un mal momento personal; le sacaron hasta el ultimo centimo. Por ello el castigo fue prision e inhabilitacion, para evitar que algo asi vuelva a repetirse. Que otra persona desesperada vea sus intervenciones en television y vuelva a caer en la trama.Pero ¿que mecanismos hacen que en momento bajos se busque ayuda entre videntes, adivinadoras o tarotistas? ¿Por que hay quien les tiene fe en pleno siglo XXI? En este capitulo de "Ganbara Negra" se lo preguntamos a Alberto Mondragon promotor de una plataforma que lleva anos persiguiendo este tipo de estafas, y a Carlos Bassas, periodista especializado en novela negra y crimen.