Juan Diego, junto al cerro llamado Tepeyac escuchó una voz que lo llamaba por su nombre. Era una señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol. Era María de Guadalupe, la "Emperatriz de las Américas". No se pierda el relato de esta importante aparición mariana en la que la Virgen María nos dice: "no se entristezca tu corazón. ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu madre?" El Padre Pedro además responde a las preguntas llegadas al programa vía telefónica, el correo electrónico (
[email protected]) y Facebook (www.facebook.com/ppedronunez).