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1218 – Os 3:1 – Oseas 1-3. Un amor inmerecido.
Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas.
El mensaje de los tres primeros capítulos de Oseas (y de todo el libro) oscila entre los temas del castigo y la salvación. Las experiencias maritales de Oseas, incluyendo el pesar que le causó la infidelidad de su esposa y la alegría de su reconciliación, proveen el marco para el mensaje del libro. Los tres primeros capítulos hablan del significado simbólico de la familia de Oseas. Esta sección introductoria establece los temas principales de toda la profecía: La infidelidad de Israel, la certeza del juicio, y la restauración posterior de la nación. Esos conceptos se presentan en el contexto del mandato de Señor dado a Oseas de que se casara y procreara hijos. Dios en Oseas, se presenta como un esposo engañado y padre deshonrado por el pueblo de Israel (diez tribus del reino del norte), quien hace el papel de esposa infiel e hijo contumaz. Por eso los nombres de los hijos, entre Oseas y su esposa Gomer, serán muy significativos. “Jezreel”, aludiendo al juicio venidero; “Lo-ruhama”, que significa no compadecida, no tendré compasión; y “Lo-ammi”, no es mi pueblo. La queja de Dios es justa y permite el castigo a la nación. Luego Dios restaura la nación, como un esposo amante y padre compasivo. “Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.” (Os 3:5).
I. El juicio ilustrado (Os 1:1-9). “El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová.” (Os 1:2). Dios manda a Oseas que se case con una mujer fornicaría (“una prostituta”, NVI99; “mujer ramera”; BLA) y que tenga hijos. Es una orden directa, no simbólica sino literal y que tenga hijos legítimos de Oseas. La tierra fornica, se refiere a los habitantes (Os 4:1), se personifica como una esposa culpable del más vil adulterio, que fornica apartándose de Jehová. Primer hijo: Jezreel (Os 1:3b-5). Jezreel significa Dios siembra. La importancia del nombre está en los hechos ocurridos (pasados y futuros) en el lugar llamado Jezreel. Allí Dios, usando como instrumento a Jehú, cumplió el juicio sentenciado al rey Acab, su esposa Jezabel y su familia (2Re 9-10). Segundo hijo: Lo-ruhama (Os 1:6-7). Lo-ruhama significa: “No me compadeceré”. Dios retiraría su misericordia de Israel por cierto tiempo. Tercer hijo: Lo-ammi (Os 1:8-9). Lo-ammi significa “no pueblo mío”. Dios había declarado: “Y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo” (Lv 26:12; Éx 6:7; Dt 26:17–18). Pero esa relación sería cortada.
II. Promesa de restauración (Os 1:10–2:1). Dios cambió de tono y declaró que algún día los efectos del juicio serían revertidos. Prometió un tiempo de abundante bendición acompañado de la restauración de Israel. A pesar de que Israel fue infiel, el compromiso de Dios permaneció inalterable y será completado en el milenio. “Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente. Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande.” (Os 1:10-11).
By Francisco Atencio1218 – Os 3:1 – Oseas 1-3. Un amor inmerecido.
Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas.
El mensaje de los tres primeros capítulos de Oseas (y de todo el libro) oscila entre los temas del castigo y la salvación. Las experiencias maritales de Oseas, incluyendo el pesar que le causó la infidelidad de su esposa y la alegría de su reconciliación, proveen el marco para el mensaje del libro. Los tres primeros capítulos hablan del significado simbólico de la familia de Oseas. Esta sección introductoria establece los temas principales de toda la profecía: La infidelidad de Israel, la certeza del juicio, y la restauración posterior de la nación. Esos conceptos se presentan en el contexto del mandato de Señor dado a Oseas de que se casara y procreara hijos. Dios en Oseas, se presenta como un esposo engañado y padre deshonrado por el pueblo de Israel (diez tribus del reino del norte), quien hace el papel de esposa infiel e hijo contumaz. Por eso los nombres de los hijos, entre Oseas y su esposa Gomer, serán muy significativos. “Jezreel”, aludiendo al juicio venidero; “Lo-ruhama”, que significa no compadecida, no tendré compasión; y “Lo-ammi”, no es mi pueblo. La queja de Dios es justa y permite el castigo a la nación. Luego Dios restaura la nación, como un esposo amante y padre compasivo. “Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.” (Os 3:5).
I. El juicio ilustrado (Os 1:1-9). “El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová.” (Os 1:2). Dios manda a Oseas que se case con una mujer fornicaría (“una prostituta”, NVI99; “mujer ramera”; BLA) y que tenga hijos. Es una orden directa, no simbólica sino literal y que tenga hijos legítimos de Oseas. La tierra fornica, se refiere a los habitantes (Os 4:1), se personifica como una esposa culpable del más vil adulterio, que fornica apartándose de Jehová. Primer hijo: Jezreel (Os 1:3b-5). Jezreel significa Dios siembra. La importancia del nombre está en los hechos ocurridos (pasados y futuros) en el lugar llamado Jezreel. Allí Dios, usando como instrumento a Jehú, cumplió el juicio sentenciado al rey Acab, su esposa Jezabel y su familia (2Re 9-10). Segundo hijo: Lo-ruhama (Os 1:6-7). Lo-ruhama significa: “No me compadeceré”. Dios retiraría su misericordia de Israel por cierto tiempo. Tercer hijo: Lo-ammi (Os 1:8-9). Lo-ammi significa “no pueblo mío”. Dios había declarado: “Y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo” (Lv 26:12; Éx 6:7; Dt 26:17–18). Pero esa relación sería cortada.
II. Promesa de restauración (Os 1:10–2:1). Dios cambió de tono y declaró que algún día los efectos del juicio serían revertidos. Prometió un tiempo de abundante bendición acompañado de la restauración de Israel. A pesar de que Israel fue infiel, el compromiso de Dios permaneció inalterable y será completado en el milenio. “Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente. Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande.” (Os 1:10-11).