Descansando en Dios

1221 - Oseas 11-14. Un amor misericordioso. Os 14:4


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1221 – Os 14:4 – Oseas 11-14. Un amor misericordioso.


Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.


El amor verdadero es capaz de superar todas las ofensas, problemas y pruebas. Todo lo sufre, buscando el bien del ser amado. Pablo define el amor de Dios, el amor ágape como: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1Co 13:4-7). Un distintivo de la madurez de una persona es que su capacidad de dar amor supera ampliamente a su necesidad de recibirlo. Así es Dios. ¿Puede el pueblo de Dios amar como su Padre ama? Si, “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Ro 5:5). Oseas finaliza su libro demostrando el insuperable eterno amor de Dios por su pueblo. En Oseas 11:8-14:9 Jehová despliega su amor hacia su pueblo que va más allá de la respuesta terca, ingrata y falta de amor de Israel. Aunque todavía aparece el tema del juicio, la nota dominante en esta sección es clara la demostración de la compasión divina hacia su pueblo. Oseas enseñó también que aunque el desamor y rebeldía de Israel hacia Jehová habían llegado al colmo, el amor de Dios siempre es más profundo y eterno, superando siempre el pecado evidente y persistente de la nación. Pablo oró a Dios pidiendo para los creyentes ser fortalecidos con el poder del Espíritu Santo para que Cristo permanezca “por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” (Ef 3:17-19).


I. Dios renueva su misericordia (Os 11:8-11). “¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión. No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad.” (Os 11:8-9). Dios muestra una de las expresiones más intensas de emoción divina en la Biblia. Al reflexionar acerca del castigo que desataría sobre Israel, de pronto, Dios pronunció cuatro preguntas retóricas indicando que no abandonaría completamente a su pueblo. La llama de su enojo sería remplazada por el fuego de su compasión. Dios usando varios símil promete recogerlos desde las naciones que fueron esparcidos por los asirios. Este tercer éxodo se cumplirá en el milenio “En pos de Jehová caminarán; Él rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente. Como ave acudirán velozmente de Egipto, y de la tierra de Asiria como paloma; y los haré habitar en sus casas, dice Jehová.” (Os 11:10-11; Zc 10:10-11).

II. Acusación final contra Israel (Os 11:12–13:16). “Me rodeó Efraín de mentira, y la casa de Israel de engaño. Judá aún gobierna con Dios, y es fiel con los santos. Efraín se apacienta de viento, y sigue al solano; mentira y destrucción aumenta continuamente; porque hicieron pacto con los asirios, y el aceite se lleva a Egipto. Pleito tiene Jehová con Judá para castigar a Jacob conforme a sus caminos; le pagará conforme a sus obras.” (Os 11:12-12:2).

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Descansando en DiosBy Francisco Atencio