Descansando en Dios

1223 - Joel 1. El poder del juicio venidero de Dios. Jl 1:15


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1223 – Jl 1:15 – Joel 1. El poder del juicio venidero de Dios.

¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.

El pueblo de Judá prosperó y se sentía satisfecho. Tomaba a Dios a la ligera, se convirtió egocéntrico, idólatra y pecador. Joel les advierte que ese estilo de vida inevitablemente acarrearía el juicio de Dios. Joel comienza su libro con la descripción de un desastre natural: una plaga de voraces langostas. Para el profeta, lo destructivo de esta plaga, se convirtió en una clara advertencia del poder del juicio venidero de Dios y una clara apelación a acudir al Señor por misericordia. En su sermón a Israel, Moisés (Dt 28:38-46) advirtió que si la nación era desobediente, “toda tu arboleda y el fruto de tu tierra serán consumidos por las langostas”. El profeta cree que ese día ha llegado, y describe gráficamente los horribles ejércitos de insectos en un lenguaje profético cargado de poesía. Cuatro oleadas de estas horribles criaturas lo han consumido todo. “Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.” (Jl 2:3).

I. La plaga de langostas (Jl 1:2-20). “Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado.” (Jl 1:4). El evento que se describe fue una invasión masiva de langostas que destruyó por completo toda la vegetación. Se utilizan cuatro términos para describir las langostas (oruga, saltón, revoltón y langosta). La triple referencia a que lo que dejó una oleada de langostas lo devoró la que vino después, remarca el hecho de que la destrucción fue total. Dios manda a que todos deben lamentarse: 1. Los ebrios debían lamentarse (Jl 1:5–7). ”Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca. Porque pueblo fuerte e innumerable subió a mi tierra; sus dientes son dientes de león, y sus muelas, muelas de león.” Se exhortó a los borrachos a que gimieran (llorad … gemid) debido a que ya no habría vino disponible a causa de la destrucción de los viñedos (Jl 1:5, 7, 10, 12). Las langostas habían destruido la vid y descortezado la higuera dejando sus ramas blancas. 2. La tierra debía lamentarse (Jl 1:8–10). “Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud. Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo. El campo está asolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite.” La tierra es Jerusalén (Jl 2:18), llamada Sion en Jl 2:1, 15, 23, 32, y se personifica como una mujer joven. Como una novia comprometida lloraría la muerte inesperada del marido o prometido de su juventud. 3. Los campesinos debían lamentarse (Jl 1:11–12). 4. Los sacerdotes también debían lamentarse (Jl 1:13). La nación debía ayunar y clamar a Jehová. (Jl 1:14). La plaga de langostas da inicio del tema del día de Jehová. (Jl 1:15-21). “¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso…” (Jl 1:15).

II. El día del Señor venidero (Jl 2:1-11). “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba,

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Descansando en DiosBy Francisco Atencio