Descansando en Dios

1225 - Joel 2. La promesa del Espíritu Santo. Jl 2:28-29


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1225 – Jl 2:28-29 – Joel 2. La promesa del Espíritu Santo.

Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.

Joel finaliza su libro con la mayotía de sus eventos escatológicos que contienen las promesas de un futuro glorioso para Israel. Usa las frases (“después de esto” en Jl 2:28; “en aquellos días” en Jl 3:1 y “en aquel tiempo” en Jl 3:18). La liberación que experimentó la generación de Joel prefiguraba la de los últimos días. El día de Jehová, del que apenas se pudieron librar los contemporáneos de Joel mediante el arrepentimiento, sobrevendrá con toda su fuerza en contra de los enemigos del pueblo de Dios (quizá prefigurado por el ejército del norte de Jl 2:20). Las promesas de Jl 2:19–27 se cumplirán definitivamente cuando el Señor: 1. Intervenga en favor de Israel (Jl 2:28–32). Con la promesa del derramamiento del Espíritu Santo cumplida en Pentecostés para dar inicio a la iglesia (Hch 2). Pero para Israel se cumplirá completamente en el milenio (Zc 12:10). 2. Juzgue a los enemigos de la nación de una vez y para siempre (Jl 3:1-16a, 19). Esta promesa se cumplirá con la segunda venida de Jesucristo quien hará juicio a las naciones (Ap 19:11-21; Mt 25:31-46). 3. Y en el milenio establezca con seguridad a su pueblo en la tierra (Jl 3:1, 16b–18, 20-21). Pablo nos anima diciendo: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” (Ro 8:18).

I. Avivamiento y liberación espiritual (Jl 2:28-29). “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.” (Jl 2:28-29). El Señor anunció que su “día” (Jl 2:31) vendría acompañado de un derramamiento del Espíritu Santo sobre toda carne. El contexto que sigue indica que “toda carne” se refiere específicamente a todos los habitantes de Judá. Esto se cumplirá en todos sin importar edad, género, o condición social, (incluso en los siervos). En ese tiempo, los que reciban el Espíritu ejercerán los dones proféticos (profetizarán, soñarán; y tendrán visiones) que anteriormente habían sido privilegio de una minoría (1Sa 10:10-11; 19:20-24). Quizá es una alusión a Nm 11:29, donde Moisés, en respuesta al celo equivocado de Josué en el momento que recibieron el Espíritu los 72 ancianos (Nm 11:24-28), dijo: “¡Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su Espíritu sobre ellos!” El derramamiento del Espíritu señalaría la llegada de la bendición divina. En el día de Pentecostés, Pedro citó Joel 2:28–32 en relación con el derramamiento del Espíritu con el cuál dio inicio al periodo de la gracia y la iglesia (Hch 2:17–21). El cumplimiento de Joel 2:28-29,32 para todo Israel será en el milenio. (Is 51:22-23; Zc 12:10; Ro 11:25-27). Se cumplió también la primera promesa del nuevo pacto (Jer 31:33; Ez 36:26-27). La segunda promesa del nuevo pacto la cumplió Cristo con su sacrificio (Mt 26:28; Jer 31:34). Y la tercera promesa del nuevo pacto se cumplirá en el milenio con la ciudad de Dios “Jehová sama” (Jer 31:38; Ez 48:35; Jl 3:17).

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Descansando en DiosBy Francisco Atencio