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1227 – Am 1:2 – Amós 1. Introducción a Amós.
Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo.
Israel (el reino del norte) disfrutaba prosperidad económica y paz. Esto provocó que la sociedad se volviera egoísta y materialista. Los adinerados no tenían en cuenta las necesidades de los menos afortunados. Una descripción de las mujeres de Samaria que vivían con muchos lujos fue: “Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos. Jehová el Señor juró por su santidad: He aquí, vienen sobre vosotras días en que os llevarán con ganchos, y a vuestros descendientes con anzuelos de pescador; y saldréis por las brechas una tras otra, y seréis echadas del palacio, dice Jehová.” (Am 4:1-3). El pueblo se centraba en sí mismo y sentía indiferencia hacia Dios. Hasta los profetas habían abandonado su compromiso con Dios. Fue entonces que Dios uso a un campesino, a Amós, para hablar con su pueblo. Amós va a confrontar la injusticia social de su tiempo y advertirá a Israel sobre el castigo inminente de Dios.
La renovada prosperidad de Israel producto de los éxitos de Jeroboam II atrajo nuevas riquezas a las clases sociales más altas. Ellos empleaban dichas riquezas para aumentar sus posesiones y para construirse grandes mansiones. Violaban los derechos de los pobres y de los campesinos al quitarle a muchos las tierras de sus antepasados. Mediante la provisión de Dios en el pacto con Moisés, la clase campesina era la base de la sociedad israelita. Pero durante Jeroboam II, esta clase social desapareció. A medida que los ricos se hacían más ricos, los pobres se hacían más pobres y más numerosos; a muchos los vendieron como esclavos. “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos. Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos, y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma joven, profanando mi santo nombre.” (Am 2:6). Amós (A.T.) y Santiago (N.T.) son parecidos al denunciar la injusticia social por el pueblo de Dios. Por el pecado de Israel vendría juicio divino y Amós será recordado por su advertencia: “Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo” (Am 5:24).
Autor fecha. “Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías rey de Judá y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.” (Am 1:1). Amós profetiza en 763 -755 a. C., en Israel. Era un contemporáneo de Jonás (2Re 14:25), Oseas (Os 1:1) e Isaías (Is 1:1). Fue un pastor y agricultor de higos silvestres de Tecoa, a 10 km. de Belén, muy cerca de Jerusalén, pero se va a profetizar al norte, contra el famoso Jeroboam II. Denunciará la desigualdad social, la corrupción e inmoralidad, el sincretismo religioso, es como un periodista que, desde una lectura teológica, saca a la luz lo que está haciendo mal el “statu quo”. Amós negó haber recibido preparación como profeta profesional, admitiendo ser un pastor y uno que cosechaba higos silvestres, los frutos que comían los más pobres del pueblo. “Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres.” (Am 7:14).
Estructura y contenido del libro. “Dijo: Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo.” (Am 1:2). EL libro de Amós es tal vez el más conocido de los profetas menores, no en detalle, pero sí por su tema de la justicia social y por algunas de sus sorprendentes metáforas: Un león rugiente (Am 1.2; 3:8).
By Francisco Atencio1227 – Am 1:2 – Amós 1. Introducción a Amós.
Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo.
Israel (el reino del norte) disfrutaba prosperidad económica y paz. Esto provocó que la sociedad se volviera egoísta y materialista. Los adinerados no tenían en cuenta las necesidades de los menos afortunados. Una descripción de las mujeres de Samaria que vivían con muchos lujos fue: “Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos. Jehová el Señor juró por su santidad: He aquí, vienen sobre vosotras días en que os llevarán con ganchos, y a vuestros descendientes con anzuelos de pescador; y saldréis por las brechas una tras otra, y seréis echadas del palacio, dice Jehová.” (Am 4:1-3). El pueblo se centraba en sí mismo y sentía indiferencia hacia Dios. Hasta los profetas habían abandonado su compromiso con Dios. Fue entonces que Dios uso a un campesino, a Amós, para hablar con su pueblo. Amós va a confrontar la injusticia social de su tiempo y advertirá a Israel sobre el castigo inminente de Dios.
La renovada prosperidad de Israel producto de los éxitos de Jeroboam II atrajo nuevas riquezas a las clases sociales más altas. Ellos empleaban dichas riquezas para aumentar sus posesiones y para construirse grandes mansiones. Violaban los derechos de los pobres y de los campesinos al quitarle a muchos las tierras de sus antepasados. Mediante la provisión de Dios en el pacto con Moisés, la clase campesina era la base de la sociedad israelita. Pero durante Jeroboam II, esta clase social desapareció. A medida que los ricos se hacían más ricos, los pobres se hacían más pobres y más numerosos; a muchos los vendieron como esclavos. “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos. Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos, y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma joven, profanando mi santo nombre.” (Am 2:6). Amós (A.T.) y Santiago (N.T.) son parecidos al denunciar la injusticia social por el pueblo de Dios. Por el pecado de Israel vendría juicio divino y Amós será recordado por su advertencia: “Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo” (Am 5:24).
Autor fecha. “Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías rey de Judá y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.” (Am 1:1). Amós profetiza en 763 -755 a. C., en Israel. Era un contemporáneo de Jonás (2Re 14:25), Oseas (Os 1:1) e Isaías (Is 1:1). Fue un pastor y agricultor de higos silvestres de Tecoa, a 10 km. de Belén, muy cerca de Jerusalén, pero se va a profetizar al norte, contra el famoso Jeroboam II. Denunciará la desigualdad social, la corrupción e inmoralidad, el sincretismo religioso, es como un periodista que, desde una lectura teológica, saca a la luz lo que está haciendo mal el “statu quo”. Amós negó haber recibido preparación como profeta profesional, admitiendo ser un pastor y uno que cosechaba higos silvestres, los frutos que comían los más pobres del pueblo. “Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres.” (Am 7:14).
Estructura y contenido del libro. “Dijo: Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo.” (Am 1:2). EL libro de Amós es tal vez el más conocido de los profetas menores, no en detalle, pero sí por su tema de la justicia social y por algunas de sus sorprendentes metáforas: Un león rugiente (Am 1.2; 3:8).