A mediados de los años sesenta, Brazil se enfrentó con un hecho que cambiaría su historia para siempre: el golpe de estado que daría como resultado la instauración de la dictadura de Humberto de Alencar Castelo Branco. Con ésta, se dio un auge económico, en parte gracias al cierre de las fronteras brasileñas para la importación. Siguieron 15 años de represión, donde quien hablara mal de la dictadura era torturado, exiliado o esaparecido. Junto a este cierre, en un curioso salto de eventos, el gobierno empezó a impulsar un estilo musical basado en la samba y el jazz que fue nombrado MPB, o Música Popular Brasileña, con el objetivo de dar una identidad nacionalista al país. Lo que no se esperaban es que muchos de los músicos que integraron el movimiento, disgustados por el momento político, lo aprovecharían para esconder protesta en sus metáforas.