En Marcos 12, Jesús enfrenta a los líderes religiosos con sabiduría y autoridad, respondiendo sus trampas con enseñanzas profundas. A través de la parábola de los labradores malvados, anuncia su sacrificio y reafirma su identidad como el Hijo de Dios. Además, nos deja la enseñanza central del Evangelio: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Este capítulo nos desafía a vivir con fe genuina, alejándonos de la hipocresía y confiando en el plan soberano de Dios.