El tema del que nos habla hoy Héctor es sobre crear una página de aterrizaje para para promocionarnos ante los alumnos potenciales.
Hay que reconocer que una landing page, como se denomina en el argot marketiniano, es una herramienta muy interesante para dar a conocer un servicio de formación vinculandola a una campaña de Google Adwords, Facebook Ads o email marketing, por ejemplo.
Cuando promocionamos algo que queremos ofrecer a nuestros alumnos potenciales a través de una campaña publicitaria, necesitamos focalizar la atención sobre una información muy concreta con el fin de convertir a ese visitante en un cliente o en un suscriptor de nuestros boletines de correo electrónico. Crear un entorno con el contenido concreto donde se le muestren únicamente los beneficios y virtudes, ayudará al alumno digital a interesarse en lo que le ofrecemos.
Hay que concretar que no tendrá mucho que ver con nuestra web profesional, ya que carecerá de parte de la estructura con el fin de impedir que el motivo de la visita se pierda mientras que usuario navega entre los menús del sitio, por ejemplo. Por ello, vamos a estructurar nuestra página de aterrizaje de una manera que no desvirtue la intención que llevó al usuario al entrar a ella, interesado por el mensaje que se anunciaba en el momento que hizo “clic” sobre un enlace.
Partes de una landing page
La estructura de la interfaz: Recordar que estamos intentando llamar la atención con lo que queremos ofrecer por lo que debe de ser fácil de interpretar desde el minuto cero. Utilizaremos una estructura sencilla pero eficaz donde organizaremos la información en la que haya:
Un título en la parte superior y que destaque el mensaje que ya indicábamos en el anuncio que llamó la atención del usuario. Si mencionábamos cómo resolvíamos un problema gracias al aprendizaje de una materia en cuestión, por ejemplo, debe de haber una gran vinculación entre lo ofrecido y este titular para que no haya un sesgo y se pierda la motivación de seguir resolviendo la curiosidad de quien lo leyó.
Podéis aportar un subtítulo que acompañe al anterior, en una tamaño de letra inferior, al titular principal y apoye con pocas palabras el mensaje que solucione la necesidad de vuestro potencial alumno.
Un recursos gráfico, como una fotografía o una ilustración, que represente visualmente el servicio que estáis ofreciendo mantendrá la atención y reforzará al título y al subtítulo. Lo podéis ubicar al lado derecho de ellos, para permitir leer primero ambos textos, al estar en la parte izquierda y ser el orden natural que los humanos usamos para interpretar una lectura.
En muchas ocasiones, un montaje fotográfico que incluya una visión simbólica del material que estáis vendiendo o regalando por apuntarse a vuestro boletín, ayudará a hacer una idea al visitante.
Podéis utilizar “mockups”. Son plantillas a las que sólo debéis sustituir la parte que queráis personalizar con vuestro diseño para darle un aspecto más corporativo. Es muy típico utilizar montajes fotográficos con libros para promocionar guías o productos digitales para leer. Podéis darle un vistazo a MockupWorld.co para descargaros algún ejemplo que podáis editar con Adobe Photoshop. O, al menos, os dará una idea práctica de lo que hablamos.
También, podríais aparecer vosotros mismos junto a la representación simbólica de vuestro servicio en un montaje de un libro o en la pantalla de un ordenador, por ejemplo. Esto reforzará vuestra imagen profesional y el visitante podrá empatizar con lo que ve.
Alternativamente, podemos incluir un vídeo donde hablemos de lo que ofrecemos. Obviamente producir un recurso multimedia de este tipo puede llevarnos más tiempo que una fotografía o un “mockup”, pero está claro que el resultado será más positivo. Si lo integráis desde una cuenta gratuita de Youtube o Vimeo pueden aparecer enlaces a esas plataformas y ayudar a perder un visitante. Reducir esa fuga procurando no mostrar vídeos recomendados al final la...