Esta luz incandescente de la Pascua nos dice que Cristo ha vencido a la muerte, porque la vida no podía ser retenida en el sepulcro, la victoria del Señor es nuestra victoria y la resurrección es el comienzo de la vida eterna.
Hemos vivido la pasión muerte y resurrección del señor.
Aquel que se aparece a los apóstoles en las orillas del lago Tiberíades.
Quien se acerca a los apóstoles con humildad, como lo hace siempre.
En el camino de Emaús a sus discípulos.
En el sepulcro vacío.
Porqué lloras… por nuestros pecados. No tengas el corazón de piedra.
Encuentra tú también al resucitado, ten un encuentro personal con Él, déjale que entre en tu vida.
¿Qué sería nuestra vida si no hubiéramos encontrado al Resucitado, si no fuéramos creyentes, si Jesús no me hubiera salido al camino?
¿Recuerdas cuantas veces Jesús, el Resucitado, se ha hecho el encontradizo con nosotros?
¿Dónde, me he encontrado definitivamente con él?
¿Crees que tu vida sería igual si no le hubieras encontrado?
QUE ES LO QUE SERÍA…
Recuerda el evangelio en el que El Espíritu de Dios, convierte a unas personas con miedo en el cuerpo, asustadizas; en personas con coraje, que hablan con valentía, con una alegría incontenible en su corazón, justamente en todo aquello que significa, ser Cristianos.
A CUANTOS y CUANTOS DE SUS DISCIPULOS SE LES APARECE Y NO LE CREYERON.
Es el propio JESÚS, QUE LLEGA A RECRIMINAR A SUS PROPIOS APOSTOLES:
“Os he mandado tantos testigos de mi resurrección y vosotros seguís sin creer”
¿Recordamos hasta donde Tomás llegó con su incredulidad?
Esa que tan a menudo ocurre en nuestros días… en la que creemos, pero tenemos la necesidad de hechos extraordinarios para reforzar nuestra fe.
Sin a veces, darnos cuenta, que el mayor de los milagros ocurre a diario en la Eucaristía con el Resucitado, que se hace presente en cuerpo y alma en nuestras vidas, y a escasos metros nuestros.
Recordemos pues, hermanos queridos, al incrédulo… y su repuesta… ese…
¡Señor mío y Dios mío!
Tantas veces, el estar inmerso en una realidad ficticia, nos hace ser Tomás.
Pues, todo lo queremos tocar, palpar, escribir, sellar, legalizar…
Nuestra realidad, es la realidad de lo que tocamos.
Del poseer, del tener…
Y cuando nos daremos cuenta, de que no tenemos nada…
Pues… el tener, es tan utópico, como el poseer.
O alguien cree que es inmortal, que se lo llevará todo a sus espaldas…
Tener:
Es aquello, que se puede poseer en lo mas profundo de tu alma.
Aquello:
Que no pesa, pero es grandioso.
Que no se mide, pero es inmenso
Que no se ve, pero se siente.
Que … si vive en nosotros, nunca muere.
Es el amor, los sentimientos, el cariño, la bondad, el bien…
Es la fe…
¡Yo no quiero servir a señor que me pueda abandonar!
Ni tener nada que me puedan quitar o perder
O tendremos que esperar a que nos digan:
¡Porque me has visto, has creído!...
O tener que ser Saulos, camino de Damasco
Para caer del caballo.
Y de eso…
Pudo hablar y en …propias carnes…
Pues otro camino y en otras tierras, yo también lo viví
Esa caída, es fulminante
Esa luz… cegadora… que penetra en tu alma …que es inmediata y radical.
y ese torrente de gracia suprema, gratuita benevolencia de Dios.
Da, el mayor de los tesoros
Ese fruto es inmediato
¡La conversión!
Naciendo en ese instante, un nuevo mundo interior.
Brillante como mil soles,
Ardiente como un crisol
Es el mismísimo Espíritu, que penetra hasta lo más recóndito de tu alma
Es…
la misericordia de Dios
Que dejemos de oír:
¿Por qué me persigue?
Y no tengamos que preguntar
¿Quién eres, Señor?
No seamos incrédulos,
Que resplandezca la vida …
Que florezca el siervo fiel.
Demos…una oportunidad a la fe.
Recordad
Jesús Termina dando un mandato a sus discípulos:
Id por el mundo entero y predicad el evangelio, bautizad en nombre del padre del hijo y del espíritu santo.
¿Anuncio y soy testigo del resucitado?
Habrá ocurrido que en mi vida han venido testigos del resucitado y yo no les he dado crédito…
¿Jesús, me dio, un golpe en la cara, una bofetada y no le creí…?
Cuantas veces somos llamados… a dejarlo todo
Oímos los gritos del resucitado que está exclamando…
¡Ven y sígueme…!
Hasta cuando le voy a dar largas al Señor
Aquel que prefirió morir por mí para no vivir sin mí.
Aquel que es todo amor.
Hágase en mi Señor, tu voluntad…
Háblame que tu siervo escucha.
Encontrarse con el resucitado es la mayor alegría, el mayor júbilo, el mayor privilegio, es… la luz para nuestras vidas.
Demos … una oportunidad a la fe
Misericordia Señor… Misericordia