Cuando la dificultad nos invade…
Cuando la vida… se llena de nubarrones o la niebla nos impide ver… la deformada lejanía.
Cuando ese espejismo, ese mundo…
Simplemente… se ha desvanecido
Cuando… todo parece perdido…
Recibe con amor a ese Divino Huésped, el Espíritu de Dios, y verás, como tu alma se va ensanchando
Déjate poseer
Déjale que te abrace…
Déjate ser abrazado…
Ofrécete… entrégate a Él.
No le permitas que te abandone.
Dile, desde lo más profundo de tu corazón… y con lágrimas en tus ojos.
Señor mío y Dios mío… no te vayas…
Por favor…. Señor
No me abandones