Samuel unge a Saúl como rey de Israel y le dice: “He aquí que el Señor te ha ungido como príncipe de mi pueblo Israel. Tú regirás al pueblo del Señor y le librarás de la mano de los enemigos que le rodean”. Saúl es figura de Cristo, que viene de la traducción griega del término hebreo “Mesías” que quiere decir “ungido”. Saúl vence a los amonitas y su victoria le proporciona el reconocimiento definitivo como rey de Israel.