En este episodio, reflexiono sobre los jóvenes de 17 años que habitan dos realidades opuestas pero unidas por el desamparo: los muchachos reclutados para disparar, y aquellos que levantan la voz desde las calles y las redes para reclamar un país distinto. Entre la pobreza que obliga a crecer de golpe y la indignación que impulsa a organizarse, exploro cómo esta generación —desigual, fragmentada, vulnerable— está moviendo las estructuras del país mientras carga, también, con sus heridas más profundas.