Dos años después del incesto de Amnón, Absalón estaba de esquileo e invitó al rey y a todos sus hijos. El esquileo se celebraba con grandes banquetes, en los cuales solían participar los parientes, amigos y vecinos, y también los pobres. El rey rehusó la invitación, pero todos sus hijos la aceptaron. Absalón ordenó a sus servidores que, cuando su hermano Amnón estuviera borracho, acabasen con su vida. Una vez muerto Amnón, Absalón huye a Guesur donde espera el momento propicio para regresar junto a su padre David y hacerse con el trono.