Todos los conceptos que abrigas acerca de ti mismo y de tus hermanos; todos tus temores acerca de situaciones futuras y toda tu preocupación por el pasado tienen su origen en la injusticia.
He aquí el cristal que, al ponerse ante los ojos del cuerpo, deforma la percepción y trae testigos de un mundo distorsionado a la mente que inventó el cristal y que en tanta estima lo tiene.
Así, selectiva y arbitrariamente, es como se forja cada concepto del mundo.
Los "pecados" se perciben y se justifican mediante un cuidadoso método selectivo del que está ausente toda idea de totalidad.
El perdón no tiene cabida en tal esquema, pues no hay ni un solo "pecado" que no parezca si no ser verdad eternamente.
La salvación es la justicia de Dios.
La salvación reinstaura en tu conciencia la integridad de todos los fragmentos que percibes como desprendidos y separados.